Crónica de Observación 7 de febrero de 2017
Después de varias semanas con problemas para poder salir a observar (la última este pasado fin de semana cuando las nubes nos estropearon la observación mensual del museo Principia y la salida mensual a la Venta de la Leche.
El caso, es que, aprovechando que esta noche la temperatura era primaveral, el cielo raso y que tenia pendiente evaluar uno de los telescopios y los oculares de la Agrupación, he podido montar el telescopio un rato y disfrutar del cielo suburbano (pese a la Luna y a la contaminación lumínica existente en Rincón de la Victoria)
El equipo que se ha empleado para realizar las observaciones ha sido un refractor acromático 120mm f/5 sobre montura ecuatorial. Y los oculares probados han sido Plössl y Super Plösl de 40, 32, 25, 20, 15, 10 y 6 mm, es decir, se ha estado trabajando con un rango de aumentos de entre 15x y 100x
Las pruebas se han realizado con la Luna y M42 y se ha tenido en cuenta campo aparente, luminosidad, aberración cromática y definición del objeto.
Una vez seleccionados los oculares (finalmente me he decantado por los oculares de 25, 15 y 10 mm) he pasado a hacer observación recreativa, para una vez que puedo disfrutar del cielo…
Me he centrado en la zona de Orion y Canis Major, así como un buen paseo por la zona de la Luna… con el ocular de 40 mm. La verdad es que llevo un tiempo prefiriendo campos amplios a grandes aumentos.
La sensación de poder ocupar el campo con toda la espada de Orion, con la Nebulosa en el Centro como un borroncito de luz con un punto brillante (que a más aumentos se ven 2, 3, y finalmente las 4 estrellas del Trapecio al meterle aumentos al telescopio) ha sido increible, el ver todas las Pléyades hace que se disfrute muchisimo más el cúmulo (eso sin contar que dado el Eye Relief tan grande de ese ocular puedes observar, anotar o dibujar comodamente con las gafas puestas)
El último objeto de la noche ha sido M47, se ven unas 20 estrellas a 15 aumentos desde mi localización, pero al pasar a los 40 se descubren más de medio centenar.
Por desgracia la bruma y algunas nubes han terminado la observación, pero ha sido una de esas noches que de vez en cuando merecen la pena para reencontrarte con la astronomía.
Pero antes he sacado un pequeño recuerdo del momento.