“Los Poetas del Cielo. Galaxias de Virgo en Gorafe”, crónica de astronomía visual de David Sedano

“Los Poetas del Cielo. Galaxias de Virgo en Gorafe”, crónica de astronomía visual de David Sedano

¿Quién quiere estar solo en mitad del campo en la oscuridad de la noche, pasando frío y sueño? Creo que a casi nadie le gustaría. ¿y si le añado que hay que desplazarse más de 2 horas para ir y volver a estos apartados lugares, conduciendo por carriles de tierra o pendientes de puerto de montaña? Nadie en su sano juicio lo haría a no ser que hubiera un fuerte aliciente, y no, no es un encuentro amoroso o alguna travesura.

Te daré una pista, astronomía. Sí, los telescopios, como decía Leonor Ana Hernández, están rodeados de un halo de romanticismo. ¡Los enfocas al cielo y puedes ver las maravillas celestes! Nanai de la china, siento defraudarte; salvo las merecidas excepciones de la luna, Júpiter y Saturno, no vas a ver nada que a priori llame la atención, tal vez la nebulosa de Orión. Te agacharás incómodo guiñando un ojo y no aparecerán esas increíbles fotografías que vemos en los medios o que incluso aficionados toman con sus cámaras. Hasta los móviles empiezan a procesar imágenes y obtienen unos campos estrellados con comodidad en entornos urbanos, pero en visual la gente se lleva tremendas decepciones.

Te cuento más pegas, objetos como las galaxias y nebulosas  son muy difíciles encontrar y solo algo más asequibles los cúmulos de estrellas. Ojo, cuando miras a una estrella con muchos aumentos NO la ves más grande, sigue siendo un punto de luz más o menos brillante. Suma y sigue, el cielo se mueve con la rotación de la tierra y a menudo pierdes los objetos que tanto trabajo te ha costado encontrar, por esa razón o porque mueves accidentalmente un poco el telescopio. Si nos ponemos a hablar de contaminación lumínica apaga y vámonos, nunca ha estado tan mal la cosa, en la península ya no quedan lugares libres de ella.

Pese a todas estas pegas aquí estoy, una noche de tantas, dejándome la vista al enfocador para distinguir unos borroncillos de otros. En esta ocasión he tenido la suerte de estar acompañado, Mercedes fue obsequiada por sus hermanos con un estupendo reflector de 6 pulgadas hace ya un año y le está dando uso. Lo normal hubiera sido dejarlo arramblado en el trastero o venderlo, pero parece que le gusta. Y mucho te tiene que gustar, porque la curva de aprendizaje al principio es frustrantemente lenta, aunque ahí está ella peleándose con la imagen invertida que dan los reflectores, las proporciones y campos aparentes del buscador.

Tenemos una luna de 4-5 días que le da al cielo cierto brillo, no permitiendo a esta zona en Gorafe presumir de su mejor oscuridad. Observar nuestro satélite es una gozada, tiene una tridimensionalidad espectacular y le puedo meter más de 300 aumentos para ver muchos detalles. La imagen no vibra apenas, hay buen seeing. La estrella doble Castor con sus dos brillantes componentes separadas unos 5 segundos no suponen problema para mi equipo, estoy “calentando”.

Hemos venido a unos terrenos a 1360m de altitud, no hay nubes. El fin de semana tenía una previsión excelente y no pude evitar la tentación de hacer una escapadita con pernoctación incluida por lugares menos poblados que los de Málaga. Han parado los que debían ser los dueños de la era donde hemos instalado los equipos para ver qué hacíamos, no ha habido problema.

Mercedes está mirando el cúmulo del “árbol de navidad” en Monoceros. Le intentamos ver la nebulosidad que tiene asociada usando algunos filtros, y poco a poco se va apreciando. Hace falta paciencia y adaptar la vista a la oscuridad, un proceso que puede tardar una hora.

Yo me voy al “fantasma de júpiter”, una nebulosa planetaria de color azul claro, una tonalidad muy sutil pero que la confirma Rosa, con sus flamantes nuevos cristalinos, recién implantados para remedio de sus cataratas. Este objeto, NGC 3242, es una vieja estrella que consumió todo su hidrógeno y llegó al final de su vida expulsando sus capas externas formando una enorme esfera desinflada de humo. Me cuesta verle la estrella centra residual, la enana blanca de carbono y oxígeno, pese a ser solo de magnitud 11.5, y tampoco la forma anular me resulta evidente, pero lo consigo después de tomármelo con calma y gracias al ocular 11mm de Televue, mi nueva joyita supeploss. He tenido que esperar a que la luna baje un poco y a que la constelación de Hydra se eleve algo más.

He estado haciendo tiempo de adaptación mirando la nebulosa Rosetta en el dobson de Mercedes. Hemos visitado Messier3, mejor situado a mayor altura y más lejos de la luna. El cúmulo melotte 111 en Coma Berenices ha sido un descubrimiento para Rosa. Contemplar a simple vista ese racimo disperso de estrellas a casi 300 años luz es mágico. Se formaron como hermanas en la misma nube de gas y ahora alzan el vuelo distanciándose cada vez más entre ellas, es un open cluster, al igual que las pléyades o el pesebre en Cáncer.

Por esta mezcla entre admiración estética y un atisbo de comprensión de la inmensidad del cosmos merece la pena pasar tantas incomodidades en esta desagradecida afición.

Por mi parte yo también siento como un juego de búsqueda del tesoro. Tenemos cartas estelares y aplicaciones móviles con la ubicación de joyas celestes en un océano de miles de estrellas  e inmensos vacíos. Encontrarlas es un reto. Los telescopios go-to le quitan parte de la diversión al tema, además de que tienen sus inconvenientes (mayor tiempo de puesta en estación, imprecisión, peso de la montura, posibilidad de equiment failure), y te restan la certeza de saber lo que estas realmente viendo, porque es necesario a menudo contemplar todo el contexto en un campo alrededor más amplio para acertar a ver un objeto.

Voy a por otro fácil, la Galaxia del Huso, NGC 3115. Las estrellas que la acompañan son de magnitud 6-7 y no las veo nada brillantes, la noche no está muy trasparente. Es grande y alargada. Con los extremos más estrechos. No sería justo poner una foto de las que ruedan por la red, lo que yo veo es mucho más sutil y a la vez especial. No es lo mismo ver puntos de luz de diferentes intensidades que pixeles más grandes o más claros, el efecto en tu retina hay que vivirlo para aprender a distinguir lo que ves, a mí me resulta mejor que lo captado y procesado con cámaras aunque no tenga ni la centésima parte de detalle. Es como escuchar un concierto en directo desde la última fila, lo prefiero a oír una grabación magnífica del mismo captada desde el escenario.

Alguna vez puedo hacer un dibujo, aunque lleva su tiempo y quiero aprovechar las pocas horas que he estado anhelando durante 1 o 2 meses para ver el máximo número de objetos posibles. Lo dejo para cuando no haga frío, porque en esta época te quedas helado si te quedas estático. Yo intento moverme andando 2 metros hasta el maletero cada vez que cambio de ocular.  A pesar de eso, con 6ºC, me tengo que poner los pantalones de la nieve.

Estuve preparando una tanda de objetos difíciles, y voy a la constelación del Lince, cuyas estrellas son más débiles que las más conocidas tipo Cisne o Boyero. La repaso y busco una galaxia muy débil en el límite con Leo minor: NGC 2859, una espiral barrada que veo como un punto casi estelar. Al menos es brillante pese a tener magnitud 10.9, ventajas de tener 305mm de apertura.

Paso a NGC 2782, galaxia más tenue todavía. La oscuridad va mejorando, se ha puesto la Luna. Mercedes y Rosa se han marchado y yo me voy animando. Veo 2 estrellas magnitud 13 que flanquean. No consigo ver ningún detalle, quizá un ligero alargamiento y algo de moteado en lo que debe ser el halo. Un olor fétido de naranjas podridas que acumulan en la era me llega con las ráfagas de viento.

¿Y qué hago aquí describiendo los borroncitos que medio intuí? Pues eso es lo que nos queda a los de visual, compartir de forma tradicional escrita, casi anacrónica, lo vivido. Un amigo que hace grandes fotos en la comodidad de su casa con un observatorio en su solárium me dijo una vez que la astronomía visual era como la poesía, algo que a pocos les atrae, y que ha quedado muy relegado a los ambientes bohemios. Hoy en día impera lo inmediato, rápido y en formato digital, para consumir en el móvil. Esta noche somos los poetas del cielo, ea.

Si a pesar de todas las pegas que he descrito (hay muchas más) te sigue atrayendo mirar por un telescopio, aquí en la Asociación Sirio quedamos unos cuantos locos.

Por mi parte desde hace poco tiempo estoy compartiendo mis crónicas en un viejo foro donde escriben aficionados y profesionales de la astronomía “con muchos kilómetros”.  Es una motivación extra y se aprende mucho de la experiencia de otros. Mi admirado Jesús Navas me sugirió que podría subirlo también a la web de Sirio.

Contando estrellas en ciertas áreas del cielo puedo estimar la magnitud límite a simple vista (MALE), es algo personal, una persona joven contaría un mayor número, pero sirve para hacerse una idea. Calculo que esta noche puedo ver hasta magnitud 5.50. Me voy a la constelación de Virgo, aquí hay tropecientas galaxias. Estoy cansado pero mañana dormiré hasta las mil. Un pájaro es mi única compañía, no ha parado de hacer cu-cú en toda la noche.

NGC 4030, le veo el halo, con un núcleo de 1’ de arco muy marcado. Es un huevo frito, una espiral vista de frente. Aprecio cierto retorcimiento. Olé. Esforzándome con las dos galaxias anteriores a ésta ahora le capto más detalle.

Mi recorrido pasa por Messier61, galaxia mucho más grande de 6’x7’. No se ve mucho más brillante de lo que la vimos hace un par de horas en el telescopio de Mercedes, pese a tener la mitad de abertura. El tamaño del espejo está sobrevalorado, creo que son más importantes a nuestro nivel de aficionado valores como la ausencia de contaminación lumínica (CL), la calidad del cielo, nubes, seeing, trasparencia, la adaptación de la vista, la experiencia y la fatiga ocular. Empiezo a notar un bajoncillo. Las luces de la autovía se ven un par de km a lo lejos. Hay un foco, que destaca entre todos a más de 5km. Es de un restaurante al que le robaron y ha puesto un led propio de un aeropuerto. El picón de Gor de 2000m de altitud y otras cumbres de la sierra de Baza me restan horizonte este. Mañana observaré desde otro lugar al otro lado de la carretera, más cerca del parque megalítico, porque hoy los 400m que he ganado de altura no los estoy notando.

El cielo de primavera no tiene apenas Vía Láctea, la de invierno está muy baja y se suele mezclar con la CL del horizonte oeste, y la de verano aún no ha salido. Como ya son más de las 4 de la madrugada sagitario ha asomado por las montañas y la banda lechosa se aprecia más compleja que en otros lugares de la provincia de Málaga. Merece la pena venir hasta aquí, con los sacrificios familiares que ello implica.

Me voy a la cola de Virgo, la constelación ya ha pasado el meridiano con creces, no voy a aguantar mucho más. Encuentro un cúmulo globular, NGC 5634, que parece un cometa muy brillante, aparentemente esférico pero que desvela un contorno más irregular al meterle más aumentos. Está junto a una estrella brillante magnitud 8.5, ahora la noche está mucho más trasparente. Otros soles adornan el contexto.

Llego al objeto que más me gustó de la sesión. La galaxia NGC 5746, totalmente de canto, estirada más de 7′ de arco ¡con una banda oscura! No es tan bestia como M104 (Galaxia del Sombrero) pero me resulta muy sugerente. Uno de los lados es más largo desde un marcado núcleo. En uno de los cambios de ocular se me oscurece todo bastante, puede que hayan entrado unos cirros o que mi vista haya dicho “hasta aquí” o ambas cosas.

Mientras recojo empiezan a piar algunos pichones matutinos, son las 5.30. Mañana a ver si colimo mejor, hoy lo he tenido que hacer en penumbra y no me he quedado muy convencido.

13/2/24

Hemos venido a un claro más llano done estuve hace un par de meses, menos altitud pero más cerca del hotel. Unos escarabajos dorados zumban mientras montamos. Hoy consigo colimar mucho más preciso pero me llevo un gran susto. He traído una estrella artificial que retiro a 30 metros sobre un tejadillo en ruinas. Cuando intento enfocarla el teles no está bien contrapesado y se pone totalmente horizontal, escucho un golpe dentro. Hostia, el espejo ha volcado. Tenía unas correas para evitarlo pero yo se las quité para lavar el espejo y pensé que no harían falta, insensato de mí. El corazón se me pone a mil porque al intentar colocarlo escucho cristalitos rotos. Le tengo que poner algún dedo encima para recolocarlo. Ha caído sobre el lateral de la caja y sorprendentemente no ha sufrido ningún daño. Ni un arañazo, es muy duro. Lo que se ha desconchado es la cabeza de plástico rígido de uno de los tornillos de los trusses. Posteriormente en casa lo volví a enjuagar y certifiqué que andaba bien. Me lo tomo como error de novato, aunque la idea de quitarle las correas no fue mía.

Esta noche la luna luce al 30% y está bien alta. Intento ignorarla e ir a saco a por galaxias, es la época. Mercedes y Rosa me acompañan de nuevo. Vemos los Starlink. Como no es noche cerrada hasta pasadas las 22:10 damos cuenta de unos bocadillos con los buscadores alineados y la plataforma orientada a la polar.

Quiero repetir NGC 3169 y NGC 3166, dos galaxias cercanas en Sextans. La primera de ellas es más alargada y tiene al lado una estrella de magnitud 11.5. La segunda más redondita se supone que tiene otra galaxia magnitud 14 al oeste pero no consigo verla, es una cota muy alta con luna y cuando estoy aún “calentando” la visión.

Voy a por otra galaxia muy baja en latitud, NGC 2811 en Hydra, constelación que abarca 85º de cielo, pasando por 6 horas diferentes de ascensión recta. La repaso con Mercedes y su puntero láser ahora completamente horizontal. No recordaba la constelación de Crater por encima de Hydra en la mitad este. La galaxia es alargadita y poco más, demasiado que la veo, magnitud tan baja, con luna y magnitud 11.3.

Hoy no pretendo ser el “mejor de la clase” y voy a intentar disfrutar. Paso a NGC 2974, otra galaxia difícil en Sextans. Esta pequeña constelación no sale en mi rueda planisferio, así que la dibujé con un rotulador blanco permanente. Creo que ya me conozco todas las visibles desde mis latitudes. Sueño con un viaje a cielos australes con mis prismáticos gigantes para ver la Cruz del Sur, las Nubes de Magallanes, Phoenix, el Centauro completo, el río de Eridano descendiendo y demás. La galaxia está junto a una estrella de 10ª magnitud. Al principio no la veía con 50x, pero al subir a 85x aparece. Es alargada hacia precisamente la estrella, con un núcleo y halo obvios. Muy contento me quedo, magnitud 10.9 y más altita distingo algo de estructura.

Mercedes está intentando ver la cadena de Markarian pero se pierde, es una zona compleja con muchas galaxias. Se la busco en mi telescopio, en el suyo no me conozco bien el campo del buscador. Es una autopista curva de millones de mundos.

Cadena de Markarian, foto de Juan Ignacio Fernández desde observatorio particular en Vélez.

Apunto a un nudo de galaxias. NGC 4281 es la más “grande” (2×3 minutos de arco) y brillante (magnitud 11.3). Lenticular, una elipse de luz dispersa. Con más aumentos noto una ligera concentración hacia el núcleo y forma ligeramente ovalada. Al lado hay otro universo isla, NGC 4273, objeto propuesto en mi lista del Herschel 400, aunque en el campo se ven claramente 4 galaxias formando una “Y”. Cada una con sus cientos de millones de estrellas y mundos, abrumador, demencial. ¿Por qué podré contemplar yo desde esta distancia absolutamente inconcebible esos lugares? ¿Hay alguna razón por la que se me brinde asomarme a esos inalcanzables lugares? No lo sé, seguramente no hay propósito para tanta admiración, el caso es que en visual este tipo de imagen es lo que más me gusta, mucho más que júpiter o la luna, que están muy “cerca”. Cuando empecé hace ya décadas no me imaginaba poder disfrutar de estas estampas. Inmutables. En torno a este cuarteto desde la estrella 17 Virginis hay otras dos clarísimas. No hace falta el 73cm de Stephan para hincharse a ver galaxias, hoy hay mejor trasparencia, he colimado perfecto (después de caerse el espejo lo afiné) hay mayor trasparencia que ayer y estoy bien descansado, no son ni las 00:00.

17 Virginis es doble con 2 componentes de magnitud 6 y 10 a 21’ de separación. A unos 10’ al NO veo NGC 4234, magnitud 11.5. Al SE de la estrella, algo más lejos, a unos 14’ está NGC 4300, magnitud 12.4. En el nudo de galaxias (adjunto esquema con ayuda de Stellarium) son 4 y lo fantástico cuando insisto y meto aumentos, sabiendo dónde mirar, es que logro percibir una 5ª más débil de magnitud 13.5, mi récord en objetos de este tipo, NGC 4277. Está además a menos de 2 minutos de arco de una estrellita magnitud 13.7 y de NGC 4268.

Emborrachado por el éxito, me deleito un rato y certifico todo. Lo impresionante es que cada borroncillo es diferente a sus compañeros en formita, intensidad y gradiente. Estoy a tope, no esperaba ver esto con tanta luna.

Voy a ver M104. La caña. Es tremenda, en todo el meridiano la he pillado. Con el 13mm APM, otra bomba que he pillado por Wallapop, la banda oscura se ve con visión directa y el halo se prolonga bastante hacia los extremos. La mitad al oeste de la banda oscura es más pequeña y tenue. El contorno con forma de platillo volante no está definido en los bordes, sino que se funde con el fondo paulatinamente. Memorable.

Me voy a mis dobles de referencia. 12 Lyncis se separa fácilmente en dos componentes a 1.9’ de distancia, sin embargo Arrakis en Draco, con 2.7’ me cuesta más, no entiendo por qué. La doble-doble de Lyra, que ya ha salido, se entrevé que son 4, pero no están desdobladas, sino fusionadas en una mancha alargada. El sqm ha llegado a marcar 21.55 en el cenit. Temperatura 13ºC. La noche está magnifica y todavía me aguarda una gran sorpresa. Magnitud límite estelar a simple vista 5.4.

Justo después de que se marchen Rosa y Mercedes veo un bólido extraordinario. Dura unos 4 segundos y en mitad de su recorrido se incendia en una bola blanca con el núcleo rojizo de un tamaño espectacular, que calculo de unos 12-14 minutos de arco de anchura. Se ilumina parte del cielo, Inolvidable, creo que es el más grande que he visto en mi vida. Salió de la cabeza de Leo y fue a parar lentamente a los patas delanteras de la Osa Mayor atravesando entre Cancer y Lynx.

Desde 110 Virginis paso por una estrella magnitud 8 con la galaxia 5838 al lado y continúo hacia el oeste hasta un par de galaxias más: NGC5846 y NGC5850, unos parches de luz. Intento el reto de ver NGC5846A, galaxia contigua de magnitud 13.3 y voilà, con bastantes aumentos aparece como un punto borroso a pocos segundos del núcleo de la primera. La luna se ha puesto, la humedad no ha pasado de 50%. el cielo es un manjar. No sopla ninguna ráfaga de viento, al principio nos han molestado un poco. Mi ojo está fino pero… mañana tengo carretera y no quiero pasar el domingo hecho polvo, me doy por satisfecho con una buena dosis de galaxias en el recuerdo.

Mientras escribo estas líneas ya sueño con mi próxima salida, entretanto me como el coco con la colimación perfecta, algo que puede llegar a ser una obsesión. Prometo dibujar algo para compartir.

Saludos astrovisuales.

4 comentarios

  1. Jose dice:

    Muchas gracias por tu post. Ha sido muy ameno y entretenido

  2. Jose dice:

    Me interesaría saber el nombre del foro al que haces referencia. Saludos

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